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Un tonto y un soborno

UCRANIA 2010 [...] Continuamos el viaje y vemos otro control policial, esta vez ya están ocupados con otra presa, así que pasamos de largo sin problemas.

La carreterita de montaña pasa a ser una autovía, pero una autovía algo extraña: tiene cambios de sentido en el mismo nivel, pasos de peatones, casas a ambos lados, vacas cruzándose y si quieres ir a la gasolinera del lado contrario, simplemente te cruzas y punto.

A medida que vamos circulando vemos que los coches que vienen en sentido contrario nos avisan con las luces de los controles. Para evitarlos esperamos en el arcén a que pase un camión (hay mucho tráfico de estos vehículos), nos pegamos al culo de éste y pasamos por los controles sin que nos vea la Policía.

Al final de la tarde nos paran en otro control. Esta vez no había tráfico y no hemos podido escondernos detrás de ningún camión, así que nos toca discutir un rato.

En las dos ocasiones anteriores, por la inexperiencia y el miedo, nos han sacado la pasta, pero ya nos han tocado los cojones de buena manera. Esta vez tengo pensado aplicar, pasara lo que pasase, los consejos de Juan P. y Bernardino: «mientras más les hagas perder el tiempo, mas dinero pierden al no poder parar a otro vehículo y al final van bajando el soborno o te dejan marchar». Un pulso de paciencia al que muy a mi pesar, nos vemos obligados a jugar.

En esta ocasión el agente se dirigió a mí ya que iba el primero, se acerca a la moto mientras me levanto la pantalla del casco, y entablamos la conversación más absurda que tendré en el día de hoy:

Policía: Bla bla bla bla bla (ucraniano).

Manuel: Español… Spanish!!

Policía: Bla bla bla bla bla (ucraniano).

Manuel: ¡¡Kiev!! ¡¡Kiev!!

Señalo hacia delante gritándole que vamos a Kiev, ya que de todos es sabido que cuando un tonto no habla un idioma, si se comunicas a voces, parece que se le entiende mejor.

Policía: ¿English?

Manuel: No inglis, español... Spanish, football world champion.

Como diga que hablo inglés y vea que podemos comunicarnos aunque sera básicamente la liamos, así que aquí no se habla otro idioma que no sea la lengua de Cervantes.

Policía: ¡¡Document!! (Y me hace señas para que apague el contacto de la moto).

Manuel: Aaahhh, ok, ok.

Apago el contacto, me bajo de la moto y saco los papeles con mucha tranquilidad y parsimonia mientras el agente le hace señas a Ati para que se baje de la moto.

Le entrego la documentación. El policía la mira y remira para más tarde, guardársela en el bolsillo de la chaqueta (no se fuera a perder).

A continuación saca un bolígrafo, se pinta en la mano un disco de 50 y al lado uno de 55 y nos explica nuestra infracción señalando ambos discos. Parece ser que el límite es 50 e íbamos a 55, calculado todo esto a ojo de buen cubero, claro está, ya que ni tiene radar ni «ná de ná».

Manuel: Aaahhh... Kiev a 55 km ¡¡Ok!!

Policía: ¡¡Noooo, Nooo!! (Me vuelve a explicar el dibujo).

Manuel: Yes, ok, ok!!... Kiev 55 km, thank you!!

En ese momento le grito a mi compañero de viaje: «Killo... 55 km to Kiev!!»

Policía: ¡¡Noooo!! ¡¡Nooooo….!! No km.... velocity, velocity!!

Me lo explica hasta cuatro veces pintándose los discos en la mano. Se ve que esto no es la primera vez que lo hace, ya que tiene la palma llena de números medio borrados. Casi no le quedan huecos en blanco en la palma, pero yo como a estas alturas ya soy tonto del todo sigo con lo mío. El muchacho ya cambia de cara, se nota que está cabreado, llevamos casi diez minutos de conversación absurda, él insistiendo con la «velocity» y yo insistiendo con los «km», mientras el otro agente le dice algo a voces señalando un camión que se les acaba de escapar. Ya el agente, sin disimulo ninguno me suelta del tirón:

Policía: Money... money!!"

Manuel: Money? Money?... Mmm.

Me quedo un rato mirándolo con cara de tonto pensativo, hasta que abro los ojos como platos, como el que ha descubierto la formula de la Coca-cola y le digo:

Manuel: Aaahh... Mooooney!! Ok, ok...

Me agacho, rebusco entre las cosas de la mochila mientras se le escapa una pequeña sonrisa al agente, rápidamente saco el mapa y se lo planto en la cara.

Manuel: Money? Where is Money? No Money city!!...Kiev, Kiev!!

Le hago señas para que me señale donde está Money en el mapa e insisto en que vamos a Kiev, no a la ciudad de Money.

Policía: No, nooo. Euro... Euro!! (Gritando).

Manuel: Yeeeeeeees!! Euro!! Euroooo!! European (gritando) I´m European, E-u-ro-pe-an!!¡¡ Kiev, voy a Kiev!!

Aquí ya el señor agente, viendo que le ha tocado el tonto del pueblo que no se entera de nada, decide no perder más el tiempo con nosotros, ya que mientras lo hace se le están escapando numerosos coches y camiones, sin duda piezas más apetitosas para él que dos tontos en moto.

Me tira los papeles al pecho de mala gana y nos dice que nos marchemos. Aunque aquí perdimos más de veinte minutos de charla absurda, salimos con la cartera intacta. Dije que ya no soltaba nada y pienso cumplirlo. [...]

EXTRACTO DE UNO DE LOS CAPÍTULOS DEL LIBRO "DIARIO DE UN MOSQUITO" (Manuel Medina) ESTA ENTRADA FUE PUBLICADA EN LA REVISTA OVERLAND MAGAZINE EN 2014 http://overland-magazine.es/blog/1158/un-tonto-y-un-soborno



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